
Lo bonito sería pensar que ambos han cambiado de actitud por amor a la concordia y porque al fin han comprendido que la política está para resolver problemas, no para inventarlos. Pero nos estaríamos engañando. Lo hacen por puro interés. Ahora van a hablar por la misma razón que antes no querían ni verse, por pura y simple conveniencia.
Hasta las elecciones europeas, tanto Rajoy como Artur Más creían que el conflicto permanente les salía rentable y suponía un buen negocio electoral. Convergencia podía mantener viva su carrera con ERC por el predominio en el espacio nacionalista catalán marcando el paso desde la Presidencia de la Generalitat. Al Partido Popular le daba un argumento de batalla en el resto del Estado para mantener alerta a los suyos, señalándoles un enemigo común y poniendo en evidencia las contradicciones de los demás. El gran perjudicado era además el gran enemigo común como alternativa de gobierno: los socialistas, españoles y catalanes.

La gente quiere soluciones, ya tenemos bastantes problemas. Si los gobiernos de Madrid y Barcelona no saben suministrarlas, la gente buscará quien sepa construirlas por cualquier medio necesario. Hay tanto miedo en el PP ante las municipales y autonómicas que Rajoy ya no va a tener que dar tantas explicaciones en su partido para poner en marcha una reforma constitucional que casi todo el mundo reclama. En CiU intuyen tan imparable el sorpaso de Esquerra si se mantienen el el carril actual que todo cuanto les pueda permitir un cambio de dirección les parece bien.
El escenario de unas elecciones plebiscitarias en noviembre ya no les conviene. Ni a Mariano Rajoy, ni a Artur Mas. Por eso ahora serán todo lo razonables que deban ser, hablarán cuanto haya que hablar, negociarán lo que haya que negociar y se pactará cuanto se deba pactar. Se acabaron los dramas y los desafíos. Toca hacer política. No hay mejor madre para la virtud que la necesidad.
ANTON LOSADA
Publicado en "El Diario" - 15/7/14
Nota: Creo que Antón Losada tiene buenos deseos pero se equivoca. Rajoy no dará su brazo a torcer, perdería lo único que le interesa: el voto españolista, y la sociedad catalana manda sobre ERC y sobre CIU. El pueblo catalán quiere la consulta y no va permitir que la "política" interesada les apee del burro. El próximo 11 de Septiembre lo podremos de nuevo ver.