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>UN BLOG CON TUS ARTÍCULOS DE OPINIÓN, O LOS RECOPILADOS DE LA PRENSA NACIONAL, QUE NOS APORTAN SU GRANITO DE ARENA

martes, 31 de diciembre de 2013

2013, La Triste España del PP

Un año en el que hemos perdido a Stèphane Hessel, José Luis Sampedro y Nelson Mandela no puede haber sido bueno. No para la humanidad. Lo inhumano de hecho ha avanzado en progresión estratosférica. La aberración de posponer cuanto atañe a las personas, al altruismo, al pensamiento racional, a la empatía con los otros, a la ética, por los más oscuros intereses ha triunfado plenamente. Para muestra el botón más cercano, el que nos duele y –haciéndonos más egoístas, menos humanos- desplaza cualquier otro interés: España, la triste España del PP.
 
Solo en ese plano extraviado de la lógica más elemental se entiende la permanencia al frente del gobierno español de Mariano Rajoy o de los miembros de su partido que han secundado de hecho cuanto ha sucedido. El gobierno salido de las urnas tiene toda la legitimidad por muy defectuosa que sea nuestra ley electoral pero los gravísimos escándalos que rodean al de España lo hubieran tumbado en cualquiera país democrático. Algo muy preocupante ocurre con nuestra sociedad al completo y, sobre todo, con las fuerzas que la dirigen.
 
Iniciamos 2013 leyendo en toda su plenitud los llamados “Papeles de Bárcenas”. Publicados por varios medios, pudimos ver el rosario de sueldos, sobresueldos, virtuales prevaricaciones y comisión de favores, contabilidad B para nuevas prebendas a ocultar, que venía anotando el ex tesorero del Partido Popular en todos sus detalles durante dos décadas. Lo negaron todo… salvo alguna cosa. Los voceros en nómina –de dinero o poder- hicieron cuanto pudieron por sembrar la confusión. No eran reales, decían; lo son. Asistimos a los más patéticos espectáculos, desde los finiquitos en diferido a las pavorosas huidas del presidente. Cualquier gobierno hubiera caído solo con esto, no sucedió y aún hubo mucho más. 
 
En julio leímos también los SMS enviados por Mariano Rajoy a Luis Bárcenas: “Luis, sé fuerte”, “Luis, nada es fácil, pero hacemos lo que podemos”. Hasta en el más corrupto de los países de cualquier época le hubiera costado la presidencia a su autor, pero nuestro Rajoy con todo su PP sigue ahí. Y continúan después de haber borrado los ordenadores de su ex tesorero –que la justicia no quiere investigar- o de haber sufrido un registro de 14 horas a su sede que ni se han dignado comentar. Continúa, lo que es si cabe peor, como si nada sucediese, sentando cátedra, con inusitada prepotencia. Inconcebible en democracia, impensable en una sociedad medianamente sana.
Hemos visto al presidente huir de los periodistas por los pasillos del Senado, comparecer en plasma, o hablar cuando le viene en gana para seguir engañando a los ciudadanos. Una persona sin una gota de credibilidad sigue soltando sus mentiras haciendo omisión hasta del pudor que es actitud humana bien primaria. Trivialidad o burla, Rajoy ha tenido la inmensa osadía de responder a asuntos muy graves con una letanía increíble en alguien que ocupa su cargo: Todo es falso, salvo alguna cosa (febrero). Les dejo, que hace un frío espantoso (marzo). La segunda ya tal  (junio). Fin de la cita (agosto). Está lloviendo mucho (octubre sobre la anulación de la Doctrina Parot). [Las acusaciones] no se pueden demostrar (octubre sobre Bárcenas a Bloomberg). Éste es el estadio en el que España ganó el Mundial (diciembre en el funeral de Mandela). “Ese asunto” (diciembre, el aborto que no se atrevió a pronunciar).
 
Después conocimos las andanzas de Miguel Blesa y su Caja de Ahorros pública hundida desde la que actuaba como un virrey de las Indias medievales. Y es que 2013 es el año en el que nos hemos sentido definitivamente huérfanos de justicia, a pesar de los loables y valientes intentos de algunos magistrados. Fiscales al servicio del Estado que crean la acción de desimputar o sacan de prisión a encarcelados (Miguel Blesa) o tribunales de justicia que entienden sus comprometedores emails como privados y no delictivos y, en cambio, estiman punible difundirlos. Con un nivel de estupefacción que nunca creímos conocer, hemos visto campar la impunidad sumiéndonos en la impotencia.
 
Es el año de la subida de las tasas judiciales para que no se pueda litigar. El año de la sectaria Ley Wert para la deseducación. El de imponer la Ley mordaza de Fernández Díaz para que el poder frene duramente las protestas de los ciudadanos, o la que privatiza la Seguridad del Estado dando poderes extraordinarios a los vigilantes jurados sin preparación. El de duplicar la venta de armas a países no democráticos. El de la amnistía fiscal o las destituciones de quienes meten las narices donde no conviene. El de las grandes contrareformas de Gallardón: Código Penal con -en la práctica- cadena perpetua, o la Ley del aborto más restrictiva de Europa que nos devuelve directamente al nacionalcatolicismo franquista. El del control gubernamental y político de los órganos judiciales. Todo por decreto ley y apisonadora parlamentaria, sin el menor consenso. El año en el que se rechaza de un plumazo la ILP avalada por millón y medio de firmas que pretendía paliar el drama de los desahucios.
 
2013 es el año en el que sube el déficit y la deuda pública a niveles inauditos mientras se sigue mintiendo a los débiles de mente con una soñada recuperación que solo beneficia a los que nunca sufrieron la crisis. En el que, por ejemplo, se regala por 1.000 millones de euros Novagalicia a un banco privado venezolano perdiendo 8.052 millones de dinero público allí enterrados. El que otros estamentos del poder en el partido conservador español venden a Goldman Sachs pisos de propiedad pública, en el mayor de los contrasentidos dado que la Constitución pide a los poderes públicos que velen por evitar la especulación en la vivienda. O el de la lucha encarnizada por entregar a manos privadas también la sanidad. El año en el que se está enajenando de saldo España entera. A potentados chinos, rusos y venezolanos a los que no se pide su historial.
 
2013 es el año en el que gracias al PP han aumentado las desigualdades, ha empeorado nuestra salud, ha caído por primera en años la esperanza de vida, ha mermado nuestro poder adquisitivo, cierran cada día más empresas, no se crea empleo o se registra un nivel de emigración superior a los duros años del franquismo.
Y es el año en el que el PP ha conseguido que sus propias tenebrosas sombras manchen a toda la Política, eje de la democracia. Y en el que el PSOE de Rubalcaba no está -como oposición mayoritaria-, a la altura del drama que vivimos, contribuyendo a crear indefensión en muchos ciudadanos. El año en el que los medios y los tertulianos habituales secundan con su silencio o directamente la manipulación la tragedia que nos asola.
 
2013 es el año en el que la sociedad parece haber sido definitivamente derrotada. Cuando hemos perdido no ya la esperanza sino el ánimo de volver a recuperarla. Cuando el rencor aflora sacando lo peor de nosotros para hacernos casi tan ruines como quienes nos gobiernan. 
 
Si todo sigue así, 2014 será el año en el que volverán a prometernos la recuperación para el 2015 y tampoco pasará nada. Basta, al parecer, con tirar hacia delante con total desfachatez. Con tragar y callar, las víctimas. Que nadie lo endulce con subterfugios: lo sucedido en España sería impensable en un país realmente democrático, para empezar porque no lo toleraría la sociedad, ni sus jueces y políticos con mayor capacidad de actuación.
Feliz 2014… si podemos.  Podríamos.
 
ROSA MARIA ARTAL
Publicado en "El Diario" - 31/12/13

lunes, 30 de diciembre de 2013

PP + Bárcenas + Inmoralidad = 2013

Bárcenas es un ejemplo de profesionalidad y buen hacer. El PP quiere reconocer los 28 años de servicio de Bárcenas. Nadie podrá probar que no es inocente. La fiscalía y la policía de Rubalcaba han orquestado una campaña contra el PP con la llamada trama Gürtel. Gürtel no tiene nada que ver con el PP. Bárcenas nada tiene que ver con Gürtel. Gürtel no existe, es un invento de algunos.
Parece que algunas personas se estaban aprovechando del PP. Gürtel es una trama contra el PP. Se quería implicar a Bárcenas con Gürtel para desprestigiar al PP. Algunos deberían pedir disculpas a Bárcenas, desde luego que sí, ahora se demuestra.
 
Bárcenas tenía cuentas en Suiza, pero eran particulares. Hace tiempo que ese señor no tiene un cargo en el PP. El señor Bárcenas no está en el PP. Ese señor que usted dice no ejerce responsabilidad alguna en el partido desde hace muchos años. Los papeles atribuidos a ese señor no reflejan la contabilidad del PP. Son papeles apócrifos. Son fotocopias de fotocopias. Él mismo dice que no reconoce su letra. Se quiere montar una causa general contra el PP en base a unos papeles que nadie reconoce como suyos. Todo es falso. Es un montaje, y quien se haga eco tendrá que responder ante los tribunales. Lo estoy leyendo porque no quiero que la indignación me lleve a decir una palabra más alta que otra: es falso. Nunca he recibido ni he repartido dinero negro, ni en este partido ni en ningún sitio.
 
Ese señor que usted dice no tiene despacho porque hace tiempo que no es tesorero. Parece que ese señor tenía una sala, pero no era un despacho. Era un lugar. Creo que era un sitio para guardar sus papeles particulares. No tenía chófer, por supuesto que no tenía chófer. Una vez que tenía que ir a un sitio se le puso a su disposición un coche con conductor, pero no era un chófer. No tiene secretaria; hay una persona que atiende sus llamadas. Ese señor no tiene nada que ver con el PP. Ese señor cobraba todos los meses una cantidad que correspondía a una indemnización en diferido en forma de simulación de lo que hubiera sido un vamos. Naturalmente se le pagaban las cuotas de la seguridad social, claro que sí, es que si no hubiera sido un vaya. Todo lo que se ha publicado en relación a los sobresueldos son insidias. No hay sobresueldos, hay sueldos, y vamos a publicar las declaraciones de la renta en señal de transparencia.
 
Algunas personas en el PP cobramos una compensación salarial en forma que no es un sueldo ni un sobresueldo. La compensación es porque en la vida privada se cobraría más y entonces hay problemas para encontrar cargos públicos. El señor Rajoy cobraba más en la oposición que el señor Rubalcaba porque el señor Rubalcaba es químico. Había algunos cobros de cantidades periódicas en metálico. Es posible que algunas personas no supieran que tenían que declarar a Hacienda el préstamo del partido. Los sobresueldos son algo perfectamente lógico. En todos los partidos se cobran sobresueldos. El PSOE debería pedir disculpas porque también paga sobresueldos. No hay sobresueldos. Todo es falso, salvo alguna cosa.
 
Bárcenas es un delincuente. No se puede confiar en un delincuente. Ahora dice que sí es su letra, pero es la tercera versión. ¿Cómo se puede confiar en una persona de la que se sabe que tiene cuentas en Suiza? (Sé fuerte, Luis). Claro que cobramos anticipos o suplidos a cuenta para gastos inherentes al cargo, como en todas partes. La oposición está al servicio de Bárcenas. Me equivoqué al confiar en un falso inocente pero no encubriré a un presunto culpable. Una cosa es la contabilidad del PP y otra los papeles que todo el mundo sabe quién los ha hecho. Hemos tenido el infortunio de tener un gerente que se llevaba un dinero que no sabemos de dónde sacaba. Lo más importante de este caso es que no se vuelva a repetir.
 
El presidente me comunicó el acuerdo por el que se mantenía chófer, despacho, sueldo y secretaria al señor Bárcenas. Firmé a petición de Bárcenas el recibí de una comisión pero no la cobré. Hacienda ya ha dicho que se pueden desgravar las donaciones en negro, por lo tanto no hay contabilidad B, es A. Vamos a aclarar las cosas: lo que dice el juez es que hay indicios a nivel indiciario de lo que sería la posibilidad de una sospecha de no sé qué no sé cuántos, pero nada más. El PP es tan honrado como todos. Si hay una contabilidad B será particular, y si coincide con los pagos será porque viene urdiendo desde hace años la falsificación.
 
Hoy llueve mucho. Disculpen, que hace mucho frío. Les ruego que no me pregunten, que estoy un poquillo cansao. Ahora no, que me voy de viaje. En cuanto a la segunda pregunta, ya tal. 
 
El presidente ha dado en todo momento las explicaciones pertinentes. Los dirigentes del PP han dicho siempre la verdad en este caso. Bárcenas es un mentiroso compulsivo.
 
Fin de las citas.
Felices fiestas.
Viva el vino
.
 
ANTONIO MARTINEZ - Periodista.
Publicado en "El Huffington Post' - 30/12/13

sábado, 28 de diciembre de 2013

Aborto en Primera Persona

Soy seguidora del blog femenino donde comento de vez en cuando. Hoy he visto el relato de los abortos de 1976 y me he visto reflejada por varios motivos: tenía 28 años y recuerdo al chófer con la agenda roja que me vino a buscar y me devolvió al día siguiente al hotel.

Mi historia es un poco distinta pero con el mismo fondo o resultado.



Era 1978, tenía novio desde hacía más de un año, pero ni habíamos pensado en casarnos y mucho menos en tener hijos, al menos él.
Las famosas pastillas fallaron y me quedé embarazada.
La solución estaba clara: Londres; al menos para él...

Contactamos con la clínica vía telefónica, donde nos atendieron en un perfecto español y organizamos el viaje.
Nos fuimos un martes, el miércoles nos vinieron a buscar al hotel, le explicamos nuestros motivos al médico y nos dijo que al día siguiente a las 8 de la mañana me pasaría el chófer a recoger, mi novio podría venir a visitarme después de comer.
¿Mis sentimientos de aquellos momentos?... Totalmente contrapuestos, me dolía que ni se hubiese planteado la opción de seguir con el embarazo pero sabía que era lo mejor que podía hacer.

No recuerdo sentir miedo pero si mucha tristeza aunque nunca lo demostré. Yo era fuerte o eso he querido siempre demostrar y demostrarme.

Como en el relato de El país, al llegar a la casita de campo rodeada de flores y entrar en la sala de espera, me encontré con una gran mayoría de españolas, entre ellas una muy joven valenciana acompañada por su hermana. Ambas terriblemente asustadas.
Como relata la periodista, pronto empezamos a hablar y la hermana mayor me pidió que como no la permitía entrar, le diese ánimos a su hermana. Tenía 18 años y la pobre no levantaba la vista del suelo, estaba aterrorizada. No pude hacer nada.
Si en la sala éramos 10 mujeres, 8 éramos españolas, lo que nos hacía sentirnos más arropadas y como 'en casa'.

Llegó el momento de entrar y ya cruzada la puerta, yo fui hacia un lado con el resto y a ella se la llevó otra enfermera.

Como en el artículo, tras la intervención yo también desperté llorando, sería por la anestesia o sería por otra cosa, eso no le sé... la que entró después de mi a la habitación, no lloró.

En la habitación éramos 4 y las cuatro españolas, pero no recuerdo que hablásemos demasiado entre nosotras, más bien recuerdo un silencio pesado en toda la habitación.

No sé si habían pasado 2 o 3 horas del aborto, que según me dijeron no tardaba más de 5 minutos, cuando entró una enfermera pidiendo que alguna de nosotras la acompañásemos porque una compatriota nuestra lo estaba pasando muy mal. No sé por qué dije que ya iba yo. Me encontraba bien, la llantina me había pasado hacía rato y no tenía nada mejor que hacer; por lo tanto me levanté y la seguí. Fuimos a la habitación de al lado y allí estaba la jovencita valenciana, llorando y vomitando a la vez. Recuerdo que la cogí de la mano y la hablé, tal como me pedía la enfermera. No entendía lo que pasaba. Yo ya estaba bien y aquella cría ¿aún no había ingresado ni en el quirófano?... Estuve no se cuanto rato intentando tranquilizar a la jovencita mientras las enfermeras hablaban entre si y yo no me enteraba nada de lo que decían; pero estaban preocupadas o eso me pareció a mi. De pronto me dijeron que ya estaba, que la llevaban al quirófano y que debía volver a mi habitación.
No se el tiempo que estuve con ella, tampoco fue demasiado, pero recuerdo perfectamente (aún ahora) sus lamentos, sus llantos de dolor, su mirada de miedo y sus vómitos.

Al llegar con mis compañeras de habitación me preguntaron lo que pasaba. Como no lo sabía, expliqué lo sucedido y una de ellas, si no recuerdo mal la sevillana, que no había despertado llorando, y que era algo mayor que yo, dijo que debía haber sobrepasado el plazo y, para poder cumplir con ley, tenían que provocar el aborto de forma natural. Me quedé helada.
A las 4 o las 5, eso no lo sé, apareció mi novio y cuando se marchó las heladas fueron ellas. Ninguna de las tres entendieron que hubiese abortado teniendo novio. Eso eran cosas de finales de los 70. Si tenías novio y te quedabas embarazada, te casabas y punto.

A la mañana siguiente otro chófer me devolvió al hotel. Como en el relato, no intercambiamos nombres ni teléfonos. Eso sí, antes de irme pregunté por la valenciana y me llevaron a su habitación, hacía muy mala cara, seguía teniendo cara de miedo pero estaba bien. Me alegré, ella se tenía que quedar un día más.

En el hotel, mi novio dormía plácidamente. Se despertó, me preguntó si estaba bien y si estaba con ánimos para salir a ver un par de tiendas y luego a comer. Aun nos quedaban dos días en Londres y teníamos que aprovecharlos... Dije que si... total... pero no le miré como otras veces. Algo tenía muy claro, más me había dolido el hecho de ni siquiera comentar otras posibilidades que el aborto de 9 semanas que acababa de sufrir.
¿Cargo de conciencia? Ninguno. Nunca vi ni veo el aborto como un asesinato.
¿Alegría, pena? Ninguna. Simplemente sentía vergüenza porque la legislación de mi país me había obligado a convertirme en una especie de delincuente que debía esconder lo que había sucedido, ya que en España estaba penado, y obligaba a niñas aún inmaduras a pasar el miedo y el trauma que sufrió la chica valenciana.
¿Qué pasó con mi novio?... Esa es otra cuestión que no viene al caso, aunque para ser justos, me costó pero lo planté.

Esa chica valenciana y su vergüenza y sufrimiento representa para mi el aborto que ahora nos va a imponer Ruiz Gallardón. El aborto clandestino, fuera de plazo, fuera de nuestro país y fuera de toda lógica y humanidad.
Ese es el aborto terrible que marca a las mujeres, el aborto que nos marca con el dedo y que nos convierte en ciudadanas de segunda.
El aborto que algunas, dentro de la desgracia, tendrán la suerte de poder pagar de nuevo en Londres, Francia o Portugal; otras, las de pocos recursos económicos, caerán en manos de los carniceros que existían en los 70 y reaparecerán en el 2014 o cargarán con hijos no deseados o que no puedan mantener.
Esta es la humanidad de un gobierno que legisla para los lobbys y no por el bienestar los ciudadanos y ciudadanas. Un gobierno de vergüenza, pegado a las sotanas más ultras y a los grupos más sectarios.
Un partido que pretende tutelar a las mujeres porque creen no somos capaces de velar por nosotras mismas. Un partido arcaico que no sabe más que hacer daño a la ciudadanía en general y a las mujeres en particular.

No es que me avergüence de lo sucedido en 1979, pero digamos que me llamo Paqui Perez.


ENVIADO Y ESCRITO POR PAQUI PEREZ

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Monarquía... Fum, Fum, Fum

24 de Diciembre de 2013
 
Como cada año, el rey va a felicitarnos las navidades. Con cara de Borbón, que todo va en el apellido.
 
Con gesto de circunstancias, el rey Juan Carlos I, va a felicitarnos las fiestas. A todos. Sin distinciones. Incluidos los seis millones de parados, los casi dos millones de hogares en donde no entra ni un euro, los cientos de miles de jóvenes que se han tenido que ir del Reino de España porque aquí no han encontrado trabajo -”Queridos españoles y españolas, en estas fechas señaladas…”-; a los cientos de miles de desahuciados, a los que pasan hambre en la cuarta economía del euro,  a los estudiantes que ya no lo son porque no han podido pagar las tasas, a las mujeres a las que se las condena a parir hijos que no han querido y que ven como, de golpe, la historia retrocede 30 años – “La Reina y yo y los príncipes de Asturias queremos desearos en familia…”-; a los erasmus que se van a quedar con las ganas ,a los que no van a poder manifestarse porque los multan o los detienen, a los inmigrantes que se curan de las heridas de las cuchillas en la verja. Va a felicitarle las fiestas al que pasa un año en la cárcel por romper un parquímetro, al que paga cuatro años de cárcel por estampar una tarta en una política imputada por corrupción, al político vasco que está en la cárcel por llevar a ETA fuera del tiro en la nuca,  y al político indultado porque ha tenido el gusto de robar por todo lo alto, a la Ministra que se encuentra un jaguar en el garaje, a la secretaria general que ve como su marido gana cada vez más y más dinero; va a felicitar a los compañeros de Murcia detenidos por defender la democracia y a la dirigencia del PP a la que un juez les ha tenido que intervenir la sede porque no entregaban los papeles. Da tranquilidad que el rey nos felicite a todos. Así, todos juntos, es que se hace patria -”Desde la Casa Real queremos felicitaros estas entrañables fiestas…”-.
 
Un rey amigo de actrices, de cupletistas, de Corinna zu sayn-wittgenstein , de 40 años de dossieres escondidos, diciéndonos que tenemos que comportarnos según los cánones de la iglesia católica, que para eso es un rey sancionado por la iglesia y por Franco -porque nosotros no lo hemos votado nunca- y que para eso la reina, enemiga de las mujeres, consiente en silencio con su escarnio. Un rey asiduo de la compañía de delincuentes juzgados y encarcelados hablándonos de las bondades de la honestidad. Un rey padre y yerno de muy presuntos ladrones contándonos que, pese a las dificultades, tenemos que actuar conforme a las leyes, al igual que haríamos si nos sobrara el dinero. Un rey que llegó a España pobre y que ahora es una de las grandes fortunas del reino, contándonos, con la excusa del Cristo que nació pobre en un pesebre, que aguantemos los rigores de la crisis. Un rey que es lobbista y que cobra por hacer gestiones económicas gracias al cargo de rey que es algo de todos nosotros -¿no nos merecemos una parte?-, hablándonos de solidaridad, de humildad, de austeridad. Un rey que quiso colocar a su sospechoso yerno en Telefónica, fuera de España, diciéndonos, como cada Nochebuena, que seamos pacientes. Un rey que no reprocha al PP la red Gürtel ni al PSOE y al PP la reforma del artículo 135 de la Constitución, ni a CiU el saqueo del Liceo o la financiación del 3% de los partidos de orden, pero que ve con preocupación el enfado de los ciudadanos. No vaya a ser que, de paso, digamos que tampoco nos gusta la monarquía. Un rey que mintió a todos los españoles diciendo que le dolía la crisis mientras estaba mantando elefantes en Botswana y que tan impune se siente que le bastó decir: “Lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir” para que todos sus pecados fueran perdonados. ¿Tendremos alguna vez los demás mortales tan regio privilegio? Un rey amigo de sátrapas, de dictadores, de encarceladores de sus pueblos, de sojuzgadores de las mujeres.
 
Un rey familia de las dictaduras árabes que se atrevió a decirle a un Presidente legítimo de América Latina -Chávez- que se callara o que no tuvo el coraje de salir a defender a otro Presidente, también suramericano -Evo Morales-, cuando EEUU lo secuestró en un avión mientras buscaba a Snowden. Se siente más a gusto con los jefes de Estado que nadie elige.
 
Es un trágala tener una monarquía en 2013 sobre la que no nos hemos pronunciado, un trágala que no se nos haya reconocido la madurez democrática como para decidir la forma del Estado, un trágala tener que comernos con impotencia el sainete corrupto que rodea ahora mismo a la Casa Real. Y como si no bastara, la noche del 24 toca el discurso del rey. Quizá mereciera la pena si aprovechara el monarca la ocasión para anunciar su abdicación y la apertura de un proceso constituyente para debatir la forma futura del Estado.
 
Pero sabemos que no es así. Que la monarquía forma parte de esta democracia demediada que sufrimos y que, hasta que no hagamos algo en contra, la merecemos. En Nochebuena siempre ha sido facil opinar al respecto: son las 21:00 y se apagaban buena parte de las televisiones. Fum, fum, fum.
 
JUAN CARLOS MONEDERO
Publicado en "Público" - 24/12/13 antes del discurso de su Majestad.

lunes, 23 de diciembre de 2013

¡Que Viva España!

Un torero, un ganadero y el ministro peor valorado de la historia de nuestra democracia haciéndose la foto en la Biblioteca Nacional. ¡Qué contrasentido!

Enrique Ponce (el matador), Carlos Núñez (presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia) y José Ignacio Wert (ministro de Educación, Cultura y Deporte) se valieron de la nobleza inherente a una biblioteca y, mancillando la natural esencia de los libros (pacífica, razonadora), presentaron un plan para el ejercicio de la sangre taurómaca, es decir, para el innoble acto de torturar y asesinar animales (toros, caballos, vaquillas, becerros) por puro vicio y diversión. Actividad que el gobierno del PP declaró Patrimonio Cultural hace un par de meses.
 
Los del trío de los horrores llegaron muy trajeados y encorbatados a presentar el Plan Estratégico Nacional de Fomento y Protección de la Tauromaquia (Pentauro). Pero no pudieron parecer menos paletos de lo que son. Tan paletos, que hasta quieren incluir la tauromaquia en la Marca España. Lo que faltaba para que nos vieran en el extranjero como un país de vergüenza.
 
A eso se dedica el ministro Wert, a impulsar la "mejora y revaloración de la actividad formativa de las escuelas taurinas", donde niños y adolescentes aprenden a torturar y a matar animales sobre el cuerpo inocente, dolorido y sanguinolento, de aterrorizados becerros que son niños también. Esa es la educación y la cultura que fomenta el ministro, después de tener en contra a todos los sectores culturales y a toda la comunidad educativa (alumnos, profesores y padres) por las medidas y recortes que ha perpetrado desde su cartera: aumento del IVA en espectáculos musicales, teatro y cine; cierre de bibliotecas públicas (¡y enfanga con toreros la Biblioteca Nacional!); aumento del ratio de alumnos por aula; eliminación de becas y ayudas; supresión de plazas de profesores; eliminación de la asignatura Educación para la Ciudadanía y creación de las de Valores Sociales y Cívicos y Valores Éticos, al gusto de la Conferencia Episcopal; subida de las tasas universitarias; subida del precio de las guarderías; disminución de las ramas en los institutos; recorte de un 37% del presupuesto en I+D; reducción del presupuesto del CSIC. La verdadera Marca España. La marca de la España que, según el informe PISA, no llega a la media de conocimientos de los alumnos de los países que forman parte de la OCDE ( Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
 
Todos los recortes relativos a Educación, Cultura y Deporte suman casi 4.000 millones de euros. Sin embargo, el Plan Pentauro no tiene pudor en anunciar que el Gobierno quiere "modificar las cargas fiscales que implica la fiesta de los toros, con el fin de lograr un tratamiento asimilado al de otras manifestaciones culturales". Es decir, rebajar la carga tributaria de los toros y fomentar incentivos fiscales (por ejemplo, a través de la Ley de Mecenazgo, aún en borrador, en la que Wert ya ha anunciado que quiere incluir los toros). Asimismo, el ministro peor valorado de la democracia ha pactado con el sector taurino (que vive de las subvenciones) que el IVA del 21% bajará cuando lo haga el resto de las actividades culturales, con las que han equiparado la carnicería taurina. Y para colmo, ha pactado con los tauropatas que se destinará parte del 1,5% cultural (porcentaje de los fondos para obras públicas destinados a la conservación del patrimonio histórico) a las plazas de toros que constituyen patrimonio arquitectónico. Sorprendente, dado el estado de abandono y deterioro de tantos edificios históricos.

Como si no fuera suficientemente escandaloso que las corridas de toros hayan vuelto a ser emitidas en la televisión pública española y en horario infantil, el Pentauro también pretende "favorecer la presencia de la tauromaquia en los medios públicos de comunicación social" y llevar a cabo un "refuerzo institucional a la comunicación" relativa a los toros. Todo ello con el propósito de llevar la tauromaquia a la UNESCO para ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, algo que nunca sucederá, pues en España no existe consenso social al respecto (todas las encuestas demuestran que los españoles son masivamente contrarios o indiferentes a la practica taurina) ni la UNESCO protegerá jamás una actividad que conlleva semejante violencia.
El Gobierno lanza estos saludos al sol para mantener contento a un sector que vive de las subvenciones públicas (recibe más de 500 millones) y está en imparable caída (según estudios de la Plataforma La Tortura no es Cultura, la celebración de festejos taurinos ha caído en un 50% en los últimos 5 años y la plaza de Las Ventas de Madrid ha perdido 40.000 espectadores en un año -mientras que los del cine aumentaron en un 37%).
 
Por debajo de toda esta batería de medidas de fomento a la tauromaquia se esconde el profundo anticatalanismo de los españolistas del Gobierno, que no soportan que Cataluña prohibiera en 2010 las corridas de toros y que no soportan haber fracasado en su intento de declararlas Bien de Interés Cultural. Queda además clara, en este contexto de recortes en Educación o Sanidad, que la escandalosa prioridad del Gobierno es la protección y financiación del maltrato animal. Y se delata la ideología de la derecha española, del PP.
 
El cínico de Wert ha declarado que las 46 medidas del Plan Pentauro "le cuestan cero euros a los contribuyentes". Inmoral y mentiroso, el encorbatado amigo de los matadores. El del trío de los horrores: un ministro, un ganadero de lidia y un torero. ¡Que viva España!
 
RUTH TOLEDANO - Periodista
Publicado en "El Diario" - 22/12/13

domingo, 22 de diciembre de 2013

Gallardón y Rouco Varela -1-

Noqueados como nos tienen sin trabajo digno, sin derechos, con miedo al paro, a la vejez, a no poder pagar la hipoteca, a ponernos enfermos y que no nos atiendan si no tenemos dinero… han decidido ir ya a cara descubierta y rematar la faena. El aviso más elocuente de hasta dónde están dispuestos a pisotearnos estos chicos del gobierno pp era hasta ahora la mal llamada ley de seguridad ciudadana, donde al que ose moverse se le van a acabar cayendo los palos del sombrajo. Pensábamos que Fernández Díaz, numerario del opus y más facha que la madre que lo parió, había puesto el listón tan alto que sería difícil superarlo.
 
Pero qué va. Ahí está el inefable Gallardín-Fachardón, atildado y resuelto tras sobrevivir a un misterioso accidente doméstico el pasado fin de semana. Las dos costillas rotas al caerse por las escaleras de su casa hace solo cinco días no le han impedido al ministro de Justicia plantarse en la Moncloa este viernes con su traje de rayas y su impoluta camisa blanca para protagonizar la actuación más fascista de toda su vida política.
 
Este melómano que apunta maneras de megalómano tenía engañada, al parecer, a buena parte de la parroquia política y periodística de este país que lo encuadraba en la derecha moderada. ¿Ha sufrido una temible y temida transmutación o siempre fue así de fanático el muchacho y consiguió disimularlo? No lo sé. El caso es que este viernes, por fin, si alguna vez pareció modosito, se ha quitado la careta del todo y ha enseñado al mundo su verdadero rostro de ultra recalcitrante. Ningún ministro de derechas se atrevió jamás en democracia a soltarse tan descaradamente el pelo como el estomagante, pijo y redicho Gallardón lo ha hecho este viernes.
 
Ha humillado a las mujeres, las ha tratado como ciudadanas de segunda y, en algún pasaje de su comparecencia, directamente como subnormales. No se puede ser tan mala gente. Cínico, vale; mentiroso nos duele, aunque ya estamos acostumbrados y no nos extraña nada… pero los argumentos que ha esgrimido para defender su indefendible “anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada” solo los puede plantear una mala persona.
 
Traduzcamos el “anteproyecto de ley” al castellano, que para hablar en plan técnico ya sobran expertos: Lo que va a suceder si se aprueba tal como se ha presentado es que la posibilidad de abortar en España desaparece de hecho. Será una disuasoria carrera de obstáculos para las pocas mujeres que se encuentren en alguno de los supuestos permitidos. El aborto dejará de ser un derecho y solo se permitirá en caso de violación denunciada o de riesgo para la madre que suponga “un menoscabo duradero” de su salud. Por malformación fetal ya no se podrá abortar salvo si es “incompatible con la vida”. Aún así se necesitará el aval de dos médicos ajenos a la clínica… y siete días de reflexión.
O sea, palos en las ruedas de la bicicleta, chinas en el zapato para acojonar a quien se proponga abortar hasta hacerla desistir. Cortapisas, condicionantes, trámites burocráticos… Conclusión: hay que tener mucho tiempo, ser muy cabezona y disponer de una alta dosis de fuerza de voluntad y de complicidad y apoyo a tu alrededor para superar la carrera de obstáculos que la ley del repelente, retrógrado e hipócrita Gallardón va a poner en el camino a las pocas mujeres que cumplan los requisitos para abortar en España.
 
 
En un asunto donde la premura es básica eso equivale a desanimarlas, a añadirle más problemas a los que ya tienen en momentos tan traumáticos y necesitados de ayuda, a no facilitarles en absoluto las cosas cuando viven uno de los episodios más duros de su vida. Eso a las que se les permita abortar, que serán muy pocas. Y aún va el tío y tiene los huevos de decir que esta reforma “protege a la mujer” y es “más constitucional que la de 2010″ porque se basa en la sentencia emitida por el Tribunal Constitucional de 1985. Sin que se le mueva un músculo de la cara suelta en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que lo hace “para regular un acontecimiento dramático, en defensa de los Derechos Humanos, porque es obligación del Estado defender toda vida”. Y no contento con los insultos a la inteligencia que llevaba ya proferidos va el muy sobrao y se felicita “porque es la primera vez en la historia que no se penaliza a la mujer por abortar”. Paternalista y perdonavidas, redondea precisando que en caso de violación de la ley, quien haya interrumpido su embarazo fuera de los supuestos y plazos establecidos no será penada ni multada, mientras que el profesional sanitario que lo practique será penalizado “en los mismos términos que en la ley actual”.
 
En resumen, sin marear ya más la perdiz y en roman paladino: que la única solución que le queda a la mujer que quiera abortar, si la propuesta de este petimetre sale adelante, será tirar por la calle de en medio, es decir, optar por el aborto clandestino como hace treinta y cuarenta años, con todos los riesgos sanitarios y legales que eso conlleva, o volver a pedir dinero prestado a amigos y conocidos para ir a abortar a Londres. La otra opción, la de acabar pariendo el bebé que no quieres tener, volverá a infestar de familias traumatizadas un tejido social ya de por sí depauperado, puteado y machacado, y que solo encuentra dificultades para sobrevivir por culpa de las leyes peperas que van haciendo fosfatina todos los derechos laborales y sociales que teníamos hasta hace poco.
 
Las víctímas del “anteproyecto” de Gallardón no van a ser quienes tengan dinero para solucionar su problema o imaginación para salir de la trampa. Serán las más indefensas, las más débiles, las más desprotegidas, que habrán de añadir esta nueva y cruel putada a todas las que ya están sufriendo por pertenecer a una familia con muchos miembros en paro, o con deudas que no saben cómo pagar o con dificultades mil para encontrar un trabajo digno que les reporte un mínimo respiro.
Gallardón y la iglesia católica que lo respalda y aplaude saben que con esta ley contribuyen a la desgracia y la infelicidad de muchos, que van a traer la ruina a centenares de hogares y la desesperación a miles de chicas jóvenes a las que se les truncará la vida. Lo saben pero a estos fundamentalistas de medio pelo les da igual.
 
No importa que ya en toda Europa no exista ningún país que se planteen las cosas así, no importa que eso nos devuelva cuarenta años atrás en el túnel del tiempo, no importa que eso traiga tristeza y tragedia a muchas familias. Lo que importa es que la iglesia esté contenta y que la caverna se anote un notable triunfo. Sometidos a los designios de Merkel como están, ahora redondean la faena sometiéndose a la voluntad del sector más retrógrado e intolerante de la iglesia española. A los que son más papistas que el papa.
 
JUAN TORTOSA - Periodista
Publica en "Público"- 21/12/13

Gallardón y Rouco Varela -2-

El PSOE abandonó el marxismo al inicio de la Transición, pero el PP no ha sido capaz de dejar de gobernar bajo las directrices de la Iglesia católica. La reforma del aborto aprobada en el Consejo de Ministros este viernes es la mejor prueba de ello.

Yo he oído decir a miembros del Gobierno que era razonable la actual legislación del aborto, equiparable -incluso a la baja- a las leyes que hay en toda Europa. Yo he recopilado comentarios de miembros del Grupo Parlamentario Popular afirmando que esto era una cabezonería intolerable del ministro de Justicia, que se iba a frenar.

Yo he escuchado a diputados del Partido Popular comentándome que no había ninguna necesidad de abrir este debate, cuando con la actual ley el número de abortos había disminuido.

Pero el PP está en manos de Rouco Varela, que quería ganar su última batalla, y tenía a un "tonto útil" como Alberto Ruiz-Gallardón para darla. "Yo soy Iñigo Montoya, tú mataste a mi padre.. ¡Prepárate a morir!". No sé, pero esta frase la tengo todo el día en la cabeza, desde que le escuché hacer demagogia en la rueda de prensa del Consejo de Ministros. La diferencia es que Iñigo Montoya luchaba por una causa justa y Gallardón, en su venganza personal, se ha propuesto castigar a todas las mujeres de este país.

 Ha hecho la ley del aborto más restrictiva de Europa, la que quería la Iglesia, la que vuelve a tutelar a las mujeres en sus decisiones, la más retrógrada que se conoce. Y todo ello, bajo el amparo de la Jerarquía eclesiástica y la celebracion de los grupos más ultraconservadores que, al parecer, han sido los únicos consultados.

Gallardón miente en la interpretación de la doctrina del Constitucional, saca pecho porque no se penaliza a la mujer por abortar -ninguna mujer ha ido a la cárcel por ello en toda la democracia- y vende como un gran logro que las mujeres de 16 a 18 años no puedan abortar sin el permiso de sus progenitores como mantenía la anterior legislación, cuando suponen el 0,4% de los casos y, en su mayoría, por motivos que serían hasta muy duros relatar aquí.

Pero esto no es el cumplimiento de una promesa electoral del PP. Es un pacto con la Iglesia católica, que sigue dando las directrices a la derecha española.

No es cierto que sea para contentar a una parte de su electorado, no es verdad que hubiera una necesidad social para hacerlo y, lo que es peor, no va a cambiar nada. Las mujeres españolas seguirán abortando cuando ellas lo decidan. Eso sí, en peores condiciones, con riesgo para sus vidas en muchos casos y, las que tengan posibilidades económica, pasarán tranquilamente las fronteras europeas a otros países con una legislación razonable: "Yo a Londres, tú a Alemania". Movilidad exterior le llaman.

El "progre" de Gallardón ha cumplido su último servicio público. Se ha salido con la suya. "Yo soy Iñigo Montoya, tú mataste a mi padre... ¡Prepárate a morir". Pero, aún a riesgo de volver a equivocarme, esta ley que atenta contra los derechos básicos de las mujeres no le va a salir gratis al Gobierno, ni al ministro de Justicia. Y marcará un punto de inflexión muy importante. Al tiempo.

MANUEL SANCHEZ - Periodista
Publicado en "El Diario" - 20/12/13

martes, 17 de diciembre de 2013

Blesa y Caja Madrid

Cinco datos que no hay que olvidar sobre el caso Blesa y Caja Madrid:
 
1. Caja Madrid no era una caja más. Fue la primera de las siete novias agrupadas en Bankia, una boda que terminó en funeral. De herencia nos dejó el mayor agujero de la historia financiera española: un pufo de 22.000 millones de euros que provocó el rescate y la intervención de la troika. No hay un solo español –no sólo los de las preferentes– que no sea afectado directo de esta quiebra. Todos los ciudadanos, nuestros hijos, nuestros nietos, pagarán durante años por lo que allí sucedió.
 
2. Miguel Blesa tampoco es un banquero más. Su primer contacto con el sector financiero fue en septiembre de 1996, cuando llegó al consejo de Caja Madrid. Sólo dos meses después, ya estaba preparado para presidir la tercera entidad financiera del país, un sillón que ocupó durante casi 13 años. ¿Su única cualidad conocida para el puesto? ¿La mejor línea de su currículum? Ser amigo íntimo y leal del presidente del Gobierno José María Aznar.
 
3. Los emails de Blesa desde su buzón corporativo de Caja Madrid no son unos correos más. Son las pruebas que permitieron al juez Elpidio José Silva enviar a la cárcel al banquero, con razón. En ellos queda claro que la quiebra de esa caja con tres siglos de historia no fue culpa de una azarosa casualidad, sino que tuvo mucho que ver con su desastrosa dirección. Miguel Blesa gestionaba este banco casi público como si fuese un chiringuito de su propiedad. Repartía favores, créditos y enchufes con absoluta arbitrariedad. Un día era su sobrina, otro era el exministro José Barrionuevo, el siguiente era el hermano de Pío García Escudero, o Esperanza Aguirre, o José María Aznar.
 
4. Las conversaciones de Blesa con sus cuates son el mejor ejemplo del capitalismo de amiguetes que ha hundido a este país. Los correos explican cómo funciona el poder de la España cañí y dejan en evidencia la hipocresía de esos "liberales" que critican las "mamandurrias", hablan de "meritocracia" y dan lecciones de moral a los demás, mientras exprimen los recursos públicos para su uso y disfrute personal. La derecha española queda retratada, pero la izquierda también: vendida a cambio de un plato de consejo y una tarjeta de crédito "black".
 
5. Lo ocurrido en Caja Madrid no fue sólo feo, negligente o inmoral; va mucho más allá. Las tarjetas de crédito "black a efectos fiscales" y los generosos sueldos con los que Blesa premiaba a los dóciles consejeros en la caja del PSOE, de IU o de CCOO apuntan a varios delitos económicos. Las gestiones de algunos políticos ante Blesa entran de lleno en el terreno del tráfico de influencias. Las preferentes de las que tanto se alegraba Blesa van a ser juzgadas como estafa. Los créditos a dedo podrían violar las normativas bancarias y las compras negligentes –o los créditos al consejero Díaz Ferrán– son serios indicios de delitos societarios de extrema gravedad.
 
Por mucho que lo diga la Audiencia Provincial de Madrid o el fiscal, estos correos no afectan a "la intimidad" de Miguel Blesa, sino que justifican más que de sobra la reapertura inminente de esta investigación judicial. Es urgente, por salud democrática; porque no hacerlo es dar por buena la injusticia, el abuso de poder y la impunidad.
 

IGNACIO ESCOLAR - Periodista y Director de eldiario.es
Publicado en "El Diario" - 16/12/13

lunes, 16 de diciembre de 2013

Visita a Barcelona

Hoy inserto este artículo de una periodista de las llamadas "del corazón", que por su sencillez y sin usar frases grandilocuentes refleja la realidad que vivimos en mi ciudad -Barcelona-, debido a ello, creo debe ser incluido en este blog de articulistas cuya visión aporta datos a tener en consideración.
 
"Cada año, con motivo del puente de la Constitución, viajo a algún lugar de España o del extranjero. El año pasado estuve en Extremadura, y éste aprovechando que los meteorólogos anunciaban buen tiempo piqué billete del AVE y me fui a Barcelona, una de las ciudades más bellas y acogedoras del mundo. Donde pese a lo que diga la propaganda puedes pasear, comer, cenar, comprar sin que nadie te dé patadas en el trasero y sin tener que utilizar otro idioma que el castellano. Lástima que los políticos, enzarzados en batallas imposibles, no se den cuenta del daño que estas luchas intestinas hacen a la ciudadanía, a los comerciantes, a las relaciones entre personas y Comunidades Autónomas.
 
Pasear por las Ramblas, por las callejuelas del barrio gótico donde todavía se conservan las tiendas de toda la vida donde igual puedes comprar unos cuchillos maravillosos que una brocha para el afeitado ultima generación o por el Paseo de Gracia o por el puerto deportivo, es un goce para el cuerpo y para la mente.
Por eso yo les diría a todos aquellos que asocian Madrid a Ana Botella o Barcelona a Artur Mas, que hagan el esfuerzo de separar el heno de la paja y valorar las muchas cosas buenas que tiene este país, tan diverso, tan rico en cultura y lenguas.

Por eso, para comprobar con mis propios ojos si las cosas que se publican o dicen son ciertas o producto de la propaganda, me fui a Barcelona. Doy fe que de igual manera que Madrid es la ciudad donde a nadie se le pregunta de donde viene ni a donde va, en Barcelona la gente está deseosa de dar a conocer su cultura, sus edificios más emblemáticos: La Sagrada Familia, El Liceo, Casa Fuster, donde además de cenar o tomarte una copa puedes escuchar un buen concierto de jazz, en un ambiente de lo más cosmopolita; o el nuevo Lio Ibiza, en el Teatro Principal, en el que la combinación de cena, cabaret y club, es explosiva. Con una oferta de música, baile y voces tan variada, que lo habitual es que el público -de todas las edades y condiciones económicas- se sume a la fiesta sin complejos y solo con unas ganas enormes de divertirse. Ya me gustaría que tuviéramos un Lio en Madrid.
 
Si ya Unamuno o Pío Baroja (no recuerdo quién de los dos) decía que los nacionalismos se curan viajando, es lo que necesitarían hacer los nacionalismos extremos, viajar más, conocer a gente de todos los colores, incluso a los que no piensan como ellos, hablar de sus problemas, de sus diferencias, ya que es la única manera de acercar posiciones. Es lo que hicieron Tarradellas, Pujol, Tierno Galván, Adolfo Suárez, Felipe González, Carrillo, Fraga, y tantos otros políticos como lucharon para que en España no se vuelvan a repetir las luchas intestinas entre hermanos. Un viaje a Barcelona reconforta, tranquiliza y, sobre todo, nos dice mucho del sentido común y el respeto que se respira en esa hermosa ciudad".
 
ROSA VILLACASTIN - Periodista de Sociedad
Publicado en "La Voz Libre" -13/12/13

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Putas, Gallardón, Adelson y Eurovegas

Nuestro afamado ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, nos está preparando un nuevo Código Penal que nos va a facilitar mucho lo de ir de putas. Para que luego diga el rojerío que sufrimos un Gobierno de meapilas bajo el azul católico de España. De aprobarse la nueva redacción del artículo 187 de este esforzado borrador jurídico, el proxenetismo será totalmente legal en España. Sólo será castigado con penas de dos a cuatro años de cárcel caso de que lo prostituido, varón o hembra, “se encuentre en una situación de dependencia personal y económica que no le deje otra alternativa, real o aceptable, que el ejercicio de la prostitución”, o que “se le impongan para su ejercicio condiciones gravosas, desproporcionadas o abusivas”.
 
El proxeneta se convierte así en un empresario más, expuesto a ser sancionado si sus trabajadores demuestran estar de una forma u otra esclavizados, pero puede regentar su burdel delante de la pasma como quien regenta una mercería si cumple ciertas normas. Como la de no dejar marcas en el rostro cuando pega a sus chicas o la de tener una pequeña red de sicarios que, en caso de denuncia, dé su merecido a la denunciante o a la familia de la denunciante, que habrá sido previamente vigilada. Es muy fácil conseguir la omertà del puto y de la puta, que no se chivará de su secuestro ni al juez ni a la pasma ni menos a un inspector de lo laboral. Así ha funcionado toda la vida la mafia de la prostitución, a la que ahora Gallardón otorga galones de legalidad y hasta honorabilidad.
 
La maniobra de nuestro Gobierno tiene una razón de ser, un objetivo docto, un alto designio. El siguiente paso será reducir el IVA en los prostíbulos. Cristóbal Montoro nos va a poner el IVA cultural mucho más alto que el IVA-puta. Al tiempo. Porque esta reforma del Código Penal se la está dictando a nuestro ministro Sheldon Adelson, ese señor bajito que ya nos mandó derogar la ley anti tabaco y que quiere poner en España el Eurovegas. Y Rajoy y sus mariachis arrodillan la rojigualda ante Adelson para que Eurovegas no se escape de España, que Eurovegas es el futuro, es la marca España, es la Pinta, La Niña y la Santamaría de la salida de la crisis, es más que la olimpiada, el Museo del Prado y la Virgen del Rocío. Eurovegas es como DisneyWorld, pero con tragaperras y con putas. Ya se ve a nuestro De Guindos sacando en el futuro premios de las tragaperras de Adelson para pagar a los pensionistas y a los jubilatas de Lehman Brothers.
 
A mí, como español, no me apetece ir de putas con Gallardón y con Adelson por Eurovegas, así que prefiero que el proxenetismo sea un negocio ilegal. O sea, que el Código Penal me valía como estaba, y se hubieran ahorrado el gasto. Tampoco creo que a nuestros ministros del Opus les apetezca irse de putas por Eurovegas con Adelson y Gallardón, aunque todavía no les he oído pronunciarse. Se conoce que la reforma les pilló rezando.
 
Además, como Victor Hugo, creo que la prostitución es una forma de esclavitud. Nadie quiere ser puto o puta. Ninguna niña, cuando se le pregunta qué quiere ser de mayor, te contesta que puta. Ningún padre o madre anhela que su hijo o hija opten por la húmeda licenciatura.
Lo de ser puta tiene una connotación mala por lo general, quiero decir, así que pienso que esta ley es un paso atrás para la dignidad y la libertad del hombre y de la mujer, un golpe bajo a la moral de los que la redactan y a mi ética, una invitación a los mercaderes a que vuelvan a adueñarse de los templos. Los mercaderes de la carne, en este caso. Los designios de los presidentes y ministros católicos son clamorosamente inescrutables.

¡Mira que mandarnos a los fieles a ir de putas!...
 
ANIBAL MALBAR
Publicado en "Público" - 11/12/2013

domingo, 8 de diciembre de 2013

Carta de Cacho a Rajoy

Estimado presidente:
 
sé muy bien que dirigirle esta carta abierta es una pretensión gratuita, tal vez incluso una osadía carente de sentido, entre otras cosas porque no parece que sea usted muy partidario de guiar su conducta por lo que dicen los medios. Le aclaro que Vozpópuli, a pesar de ser crítico con muchas de sus políticas, es un diario con vocación liberal que poco o nada tiene que ver con la plétora de medios que desde la izquierda le atizan a conciencia por razones ideológicas las más de las veces, aclaración que viene al caso porque nosotros no deseamos que usted se estrelle, no queremos que su Gobierno fracase, más bien lo contrario, entre otras cosas porque tememos que de esa circunstancia solo podrían derivarse males mayores para los españoles. En todo caso, y aunque usted no lea esta misiva, tengo la secreta esperanza de alguno de sus aides de chambre lo haga y que, en un rasgo de valor, le haga a usted una seña que le invite a leerla y a reflexionar un par de minutos.
 
Viene a cuento esta declaración de las últimas iniciativas legislativas emprendidas por su Gobierno y de las cuitas que, muy en privado y en forma casi de confesión espantada, formulaba esta semana un alto cargo de su partido. Relataba el hombre el espectáculo de esas sesiones parlamentarias tanto en el Congreso como en el Senado en las que los distintos grupos van desfilando por la tribuna para oponerse a las iniciativas del Ejecutivo, “y a menudo produce escalofríos ver el grado de rechazo, de violencia verbal contra el Partido Popular que aflora en casi todos los portavoces… Algo estamos haciendo mal, porque no es normal la animadversión, la oposición frontal, incluso el simple odio que destilan muchas de tales voces. Es algo que me preocupa mucho, porque eso ocurre también en la mayoría de los parlamentos autonómicos. Algo tendríamos que hacer al respecto”.   
 
De eso se trata. De saber por qué el PP se está convirtiendo en partido profundamente antipático, incluso odioso, para muchos españoles. Señor Rajoy: está usted demostrando una asombrosa capacidad para ofender y enfadar a casi todos los estamentos sociales, desde la derecha extrema a la extrema izquierda, pasando por el centro. Por tener, tiene cabreados incluso a los suyos, a montones de militantes, no digamos ya votantes, del PP. ¿Cómo lo consigue? Empieza a ser casi un misterio o tal vez un prodigio, porque cabrear a todo el mundo a la vez no es empeño fácil. Partía usted con la ventaja de haberse situado, seguramente sin proponérselo, en ese centro derecha templado donde dicen que se ganan las elecciones, fundamentalmente porque José María Aznar, su soberbio mentor, se había colocado motu proprio en la derecha más recalcitrante, lo cual le hacía a usted un favor impagable. Pues bien, usted se está encargando de destruir esa idea, parece usted empeñado en recordarnos la peor derecha de un país con muy malos recuerdos de malas derechas. ¿Qué está usted haciendo con España?, señor Rajoy.  
 
Actúa usted como aquellos tiranos acostumbrados a vivir escondidos tras las murallas de la fortaleza, mientras dejan a sus alcaides, sus ministros, el collar suelto para que allá y acullá le formen diarios incendios con iniciativas insensatas, declaraciones intempestivas, a veces ridículas, a menudo salidas de madre, desnortadas, ofensivas… Su ministro del Interior es en este capítulo un campeón. El lunes de esta semana supimos que Fernández Díaz optaba por dejar en sus puestos a los policías que ocupan las jefaturas de cuatro de las brigadas de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que investiga los casos Gürtel y Bárcenas, después de haber amagado con su relevo a través de un concurso de “libre designación”, es decir, de designación a dedo. Don Jorge no se atreve, es un pusilánime, un meapilas quejumbroso, un conservador a ultranza, miembro de esa derecha religiosa para quien el mantenimiento del orden es un fin en sí mismo innegociable. Un tipo que no podría formar parte de ningún Gobierno de la derecha moderna en un país desarrollado.
 
Tipos como él le están haciendo a usted y a su partido mucho daño, porque le posicionan en el espectro de una derecha reaccionaria alejada del más leve conato de liberalidad.  Quienes, desde posiciones liberales, asumimos la idea del pacto social y aceptamos sacrificar una parte muy significativa de nuestra libertad en aras del procomún, convencidos de que de ese compromiso nace la ley que hace posible las libertades, no estamos dispuestos a que, Ley de Seguridad Ciudadana mediante, se nos sancione con 30.000 euros por insultar a un policía, ni que un segurata nos pueda detener en un centro comercial y pedirnos la documentación, ni que un municipal nos imponga 1.000 euros de multa por llevar un cigarrillo de hachís en el bolsillo. Y eso sí que no.
 
Gran parte de ese malestar ciudadano, de ese resquemor que aflora contra ustedes por las cuatro esquinas, tiene ver con muchas de sus políticas, casi todas alejadas de ese centro templado donde se generan los afectos. Está usted empeñado, por ejemplo, en evitar que la Infanta Cristina no solo sea juzgada, sino siquiera imputada, y para lograrlo, con todas las evidencias en contra, está usted forzando la ley de tal forma que causa rubor ajeno, y ha puesto usted a la Fiscalía y a la Agencia Tributaria a trabajar de consuno en ese objetivo, lo cual que la Justica, que ha quedado literalmente para el arrastre tras la llegada al ministerio del ramo de Alberto Ruiz-Gallardón, se arrastra hoy en España cual puta ultrajada a la puerta de un cuartel de reclutas.
 
Es sin duda la corrupción, y el tratamiento que a la corrupción está dando su Gobierno, el talón de Aquiles del PP y el suyo propio. Y es que, con ser importante la gestión de la economía, tal vez más importante aún era sanar la crisis de valores que trasluce la corrupción galopante que sufre España desde hace tiempo. Para eso estaba usted investido por una mayoría absoluta, en eso confiaban también millones de españoles, pero usted no ha hecho nada o muy poco, excepto declaración de buenas intenciones vacías de contenido, porque usted está cogido por los cataplines de un escándalo como el de su tesorero, y ahí está a la defensiva, de modo que en lugar de haber salido a cara descubierta a pedir perdón a los ciudadanos, usted se ha refugiado en la mentira, y es tan obvio que ni usted ni los suyos han dicho la verdad, es tan evidente, que la inmensa mayoría de la población ha asumido ya el caso como una tragedia más de las que tiene que soportar este infortunado país de golfos acostumbrados a vivir por encima de sus posibilidades. El esperpento llega a tal punto que su partido acaba de aprobar una Ley de Transparencia en el Parlamento al mismo tiempo que el juez Ruz trata de abrirse paso trabajosamente y sin su ayuda entre los manglares de un escándalo sin paliativos como el de Luis Bárcenas.
 
Y este comportamiento suyo envilece la política y cabrea a los ciudadanos, de modo que al final los españoles tienen dos alternativas: o volver la cara y mirar hacia otro lado y refugiarse en la melancolía (en el “Déjame, Arnesto, déjame que llore/los fieros males de mi patria,/ deja que su ruina y perdición lamente” del maestro Jovellanos), o apuntarles con el dedo y llamarles chorizos… De lo cual se infiere un malestar que todo lo contamina, una atmósfera irrespirable, un desasosiego general, una protesta sorda como los ecos lejanos de un mar embravecido, y eso se palpa en la calle y el Parlamento, y eso lo sufren sus propios diputados y senadores –y así lo manifiestan en privado-, que a veces sienten ese escalofrío cercano al miedo cuando asisten al desfile de oradores destilando rabia cercana al odio contra su Partido.
 
Tiene usted que salir de la madriguera y hacer política, señor Rajoy, política  a lo grande, ese tipo de política que conforta los espíritus, les aquieta y prepara para luchar por un futuro mejor. Está usted al frente del único partido de dimensión nacional que resta en España –a la espera de ver en qué queda la aventura de Rosa Díaz y de Albert Rivera- y eso le confiere un tipo de obligaciones inmateriales que podríamos enumerar como la necesidad de acercar, soldar, tender puentes; la obligación de unir a los españoles, rebajar tensiones, favorecer la convivencia y todo lo demás, en lugar de romper y separar. Cualquier cosa menos crispar, menos cabrear. Lo he dicho muchas veces, la derecha española está condenada a ser reformista o a no ser. Tiene usted un país espléndido en sus manos, un país de muy buena gente. A pesar de los sacrificios, a pesar de lo mal que lo están pasando tantos con tan poco, el país disfruta de una envidiable paz social, y las mareas, de cualquier color, que con frecuencia surcan las calles de Madrid en domingo son apenas el reflejo lógico de la dureza de la situación presente.
 
Señor Rajoy: póngase usted a la cabeza de la manifestación de la concordia. España se lo agradecerá.
 
JESUS CACHO - Periodista
Publicado en "Vox Populi" - 8/12/2013

domingo, 1 de diciembre de 2013

Cuando la Mayoría Arrasa

El jueves se aprobó la LOMCE. Sólo votó a favor el PP, evidenciando su soledad en este asunto. La comunidad educativa en su conjunto, de manera inédita, así como una amplia mayoría social, le ha hecho saber al Gobierno que estaba en contra. Pero ha dado igual.
 
Con su aprobación este viernes por el Consejo de Ministros, el anteproyecto de Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana (LOPC) ya está lanzado. En apenas dos años, el Gobierno ha barrido derechos sociales y, tras afanarse este tiempo en incrementar la represión policial, ahora acomete un recorte directo de libertades fundamentales.
En el pack represivo se pretende, además, introducir una reforma del Código Penal y una ley de huelga que "regule" los servicios mínimos. Para todo ello se escuda en la mayoría parlamentaria que posee.
Frente a todo esto, es preciso recordar que la democracia representativa moderna se concibió, precisamente, para evitar este tipo de actuaciones.
 
Cuando en 1978 nos quisimos dotar de una Constitución, en lugar de apostar por un proceso colectivo que partiera desde abajo nos inclinamos por el Gran Legislador rousseauniano: un sabio –en nuestro caso, siete– que propusiera los términos de una nueva legislación a los miembros de la comunidad política.
El elitismo antidemocrático de esta opción no era nuevo, pero hoy lo estamos pagando. Los sabios reunidos en Filadelfia en 1787, o figuras como el abate Sieyès en el primer Comité constitucional francés, fueron también grandes legisladores, pero al menos lograron aquilatar mejor el edificio político que estaban construyendo.
Había que dividir el poder, empezando por el propio legislativo, con dos Cámaras –de representantes y Senado– que tuvieran distintas funciones, diferentes modos de elección, así como mecanismos para que una pudiera detener los excesos de la otra.
Al mismo tiempo, había que reforzar al Ejecutivo, introduciendo el veto presidencial, y debía garantizarse por todos los medios la independencia judicial. Clave resultaría el que ningún departamento dependiera de otros para financiarse. A todo ello se sumaría la estructura federal de un país amplio y numeroso, donde los Estados guardarían para sí importantes competencias políticas mientras los grupos de interés serían tantos que resultaría imposible que uno solo se hiciera con la mayoría.

El diseño político de la Constitución de 1978 está demostrando ser un desastre. Fijémonos así en esta preocupación clásica por las mayorías. En España, las autonomías han tratado de ayudar a dividir el poder, así como a aproximar el Gobierno a la población, pero la disciplina de partido o las imposiciones han primado sobre su independencia en los asuntos cruciales.
Del resto casi mejor ni hablar: tenemos una sola Cámara Legislativa con poder real, y en ella la mayoría parlamentaria no es más que la correa de transmisión de un Ejecutivo donde manda un presidente que, a la vez, es el jefe de un partido. Es decir, nuestro sistema bascula en torno a decisiones que se toman en oscuros gabinetes de Génova 13, sin luz ni taquígrafos; sin deliberación pública.
 
La ley en nuestro país –es ya evidente– no tiene como fin la libertad ciudadana, ni es obra de quienes deben obedecerla. Éstas, con razón, eran las grandes preocupaciones de Sieyès. Tampoco el sistema judicial goza de una autonomía capaz de frenar ataques a los derechos recogidos en la Constitución y otras declaraciones internacionales. Como es sabido, los miembros del Tribunal Constitucional, del Tribunal de Cuentas y del Consejo General del Poder Judicial dependen de la mayoría parlamentaria-ejecutiva. Si es que hasta el presidente levanta impunemente un teléfono cuando no le gusta un juez.
Es, por tanto, muy fácil que una mayoría parlamentaria arrase con los derechos de todos. Sin división de poderes y sin un control ciudadano más allá de las elecciones, asistimos a lo que más temían los clásicos de la representación: la legitimación paulatina de una nueva tiranía.
Respecto a la LOPC, parece que no había forma más tosca de entrar en el capítulo de libertades. En lugar de encargar de manera elitista su redacción inicial a un “sabio”, la tradición antiilustrada hispánica ya no se molesta siquiera en disimular su barbarie: un mando de los antidisturbios ha estado dirigiendo su redacción.
 
El plan ha sido claro: retirar del Código Penal diversas infracciones, que al pasar al ámbito administrativo de la LOPC se impondrán sin control judicial previo. A la vez se incrementa su número, y las que quedan en el Código Penal afrontan penas más duras. Las tasas para recurrir, claro, por las nubes.
 
Tras el correspondiente globo sonda –y a pesar del voluntarismo que, esta vez sí, ha puesto el grueso de la oposición parlamentaria de la mano de la opinión pública–, derechos básicos como los de reunión y manifestación seguirán restringiéndose. Se persigue el disenso político. Se crea un registro de desobedientes. Volvemos a Esquilache con el tema de las capuchas, y se cae en el ridículo con las ofensas a España. Se legisla contra la dignidad de aquellas personas más concienciadas de la sociedad civil, aquellas capaces de oponerse pacíficamente a una ley injusta, como en la paralización de los desahucios. Las multas en estos casos podrían ascender a 30.000 euros.
 
La desobediencia civil pacífica, puntal de la conquista de derechos desde la segunda mitad del siglo XX, sufre así un duro golpe. Se criminaliza la protesta ecologista con multas de hasta 600.000 euros.
El día que en Valencia mandaron a la policía cerrar una televisión pública, se sigue amenazando el uso de imágenes de actuaciones policiales con multas de 1.000 euros.
Diversos colectivos llevan años pidiendo reformas, pero en sentido inverso. La ley orgánica que se ocupa de regular los derechos de reunión y manifestación es de 1983, y su regusto franquista se observa al leer que reuniones de más de 20 personas deben comunicarse a la autoridad. Esto es lo que habría que reformar, y no las garantías que todavía teníamos para que una manifestación pacífica no comunicada se considerase legal. En DEMOCRACIA –sí, en mayúsculas– no se pide permiso para reunirte o protestar.
 
 
Por todo ello, este diseño político originado en 1978 no nos sirve. Una mayoría nos está arrasando. De manera arbitraria y despótica, tal y como temieron los burgueses que diseñaron la moderna representación política hace siglos. Lo paradójico de nuestro caso es que esta mayoría parlamentaria la manejan cuatro en un despacho apoyados, según las encuestas, por una minoría social.
Más allá de las formas institucionales, debemos analizar también la cultura política que mueve a los gobernantes. Por no salir de estos dos últimos días, fijémonos en las detenciones que el jueves publicitó la delegada del Gobierno en Madrid: se saltó la presunción de inocencia de 17 jóvenes estudiantes, antifascistas y feministas detenidos de madrugada en sus casas, como hace 40 años, mientras aireaba unos antecedentes “policiales” –no penales– que lo único que indicaban eran identificaciones previas. Y esa noche se cargó contra quienes protestaban pacíficamente contra esto, y fueron detenidas 11 personas más.
 
Ante la falta de frenos democráticos eficaces en el propio sistema, además de en las urnas, me temo que el asunto principal se decidirá en las calles. Saliendo por miles. Allí empezaremos a recuperar, a crear, las bases para una auténtica democracia política y económica. El primer paso, hoy como ayer, la desobediencia. El 14D tenemos cita en el Congreso.
 
VICTOR ALONSO ROCAFORT - Profesor de Teoría Política en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Colectivo Novecento.
Publicado en "El Diario" - 29/11/13