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>UN BLOG CON TUS ARTÍCULOS DE OPINIÓN, O LOS RECOPILADOS DE LA PRENSA NACIONAL, QUE NOS APORTAN SU GRANITO DE ARENA

jueves, 28 de noviembre de 2013

Rajoy Va Bien

Rajoy va bien. Ha cumplido un nuevo año Mariano sin dar su brazo a torcer y ha celebrado su segundo annus horribilis dando un golpe sobre la mesa con una ley de Educación y varios proyectos de ley que dejan bien claro su verdadero cometido: no han venido para sacarnos de la crisis económica sino de la crisis moral.
El PP no quiere que salgamos de la crisis por delante sino por detrás, por el pasado. Y están aprovechando la coyuntura inestable y su mayoría absoluta para volver a la España de clases, de señoritos y obreretes, de curas en las escuelas y fuerzas del orden en las calles. Como si creyeran realmente que con Franco vivíamos mejor.

Rajoy sabía que las finanzas se las marca Europa y que no puede fiar su éxito a una incierta recuperación en la que por ahora ha fracasado, así que piensa que la única manera de reeditar mandato es dar a la derecha española unos buenos derechazos. Y se los está dando. Este era el plan de Rajoy y lo está cumpliendo: más poder para el empresario y menos derechos para el trabajador, subida de impuestos para la clase trabajadora pero no para las grandes rentas, control de la información pública, propaganda y ocultación de la corrupción, represión policial y adoctrinamiento, sustitución de la acción social del Estado por la caridad, españolismo y xenofobia, autoritarismo y desigualdad... No me negarán que con Franco vivían muy parecido.

Como la burguesía facinerosa que describía Chaves Nogales en plena guerra civil, parece que Rajoy, Cospedal, Wert y demás tropa nacional, sueñan con “un paraíso de desfiles marciales, jornales bajos, rentas altas, procesiones y fiestas de la raza”. La única novedad respecto al pasado es la privatización de lo público. Pero no se confundan, no es liberalismo. Privatizan porque en democracia, para repartir el pastel, hay que venderlo para que no huela a corrupción. En la dictadura, no hacía falta disimular porque estaba todo tapado. Ahora lo tratan de tapar con éxito escaso aunque con la misma impunidad.

JAVIER GALLEGO - EL DIARIO - 25/11/13
Enviado por 'El.Anónimo'

viernes, 22 de noviembre de 2013

Buenos Dias, Fascismo

Guardo dos sensaciones precisas del tiempo que me tocó vivir bajo la dictadura del caudillo, nuestro generalísimo Francisco Franco: el miedo a la Policía y el trato cotidiano con la mentira. Ya sé que la realidad española fue suavizándose conforme nos alejábamos de la sangría provocada por el golpe militar de 1936, pero en el aire de los años cincuenta, sesenta y setenta que yo respiré podía percibirse con facilidad el olor del miedo y de la mentira.
 
Los periódicos mentían tanto por lo que callaban como por lo que decían. La retórica sobre el imperio, la raza, la patria, la gloria que nos enseñaban en las clases de Formación del Espíritu Nacional no resistía las primeras miradas sobre el mundo. Un país pobre, menesteroso, humillado, sin ciencia, sin una economía sólida, sin cultura pública, sin repercusión internacional, sufría bajo las alas del águila. Más bien una gallina. Los colores de la bandera solo servían para ponerse rojos de vergüenza y amarillos de envidia cada vez que íbamos descubriendo lo que era la vida.
 
Los políticos mentían. Y no me refiero a las verdades a medias y las manipulaciones propias del electoralismo. Mentían de verdad y hasta el fondo, como yo de adolescente cuando me obligaban a confesar los curas del colegio. Éramos herederos de un Régimen basado en la instauración oficial de mentira. A Miguel Compins,  Comandante Militar de Granada, fueron a buscarlo los golpistas a su despacho, en donde estaba tan tranquilo cumpliendo órdenes del Gobierno y de la superioridad, y lo fusilaron por ayudar a la rebelión. No fue el único caso. El legal era el sublevado, en invierno hacía calor, en verano frío, los peces volaban por las nubes y los pájaros nadaban por las profundidades del mar si así lo afirmaba la autoridad.
 
Nadie, claro está, confundía la verdad oficial con la realidad. Eso creaba una separación tajante entre el Estado y la calle. Hoy somos herederos de esa división impuesta por la costumbre de mentir. Lo que empezó siendo la mentirijilla electoral en la España democrática desemboca hoy en el regreso a la desvergonzada mentira fascista. Rajoy  jura que no conocía las actividades corruptas de su tesorero más íntimo y no pasa nada. Ana Botella dice que la Reforma Laboral ha salvado los puestos de trabajo de los trabajadores de la limpieza en Madrid y no pasa nada. Se miente sobre la economía, el paro, la política internacional, la honradez de la familia real, y no pasa nada. Las instituciones –véase el poder judicial- son una mentira en funcionamiento. Ha vuelto a hacer calor en el mes de enero. La moda de las memorias políticas en nuestro país y la apertura de la Fundación Felipe González se deben  a que está vigente una veda infinita para las mentiras. Aquí el error propio es una enfermedad descatalogada en las conciencias.
 
También hemos vuelto al grito de “la calle es mía”. Lo lanzó Fraga Iribarne para recordarnos en 1976 la norma número uno de la dictadura a la que había servido. Respondiendo a su origen, el Gobierno del PP ha dado forma de ley al grito de Fraga.  En vez de respetar y solucionar los problemas graves de los ciudadanos, criminaliza sus protestas con multas desmedidas y con estrategias de impunidad para la represión. La ley hipotecaria nos deja sin casas, la ley mordaza sin calle, dos formas de desahucio. A la Policía española deberemos tratarla con miedo. Se acabó la confianza. Las Fuerzas de Seguridad tienen como enemigo al ciudadano. La patria produce otra vez extranjeros en su propio país. Atreverse a poner el pie fuera de la mayoría silenciosa es un acto de rebeldía intolerable. Exigir y practicar los derechos constitucionales puede convertirnos en cómplices de la sublevación.
 
Buenos días, fascismo. Los españoles volvemos a vivir en una realidad cotidiana fascista. Podemos discutir si se trata de prefascista,  posfascista, parafascista o cuasifascista, pero la evidencia es que nos hemos instalado en el cartón piedra de la mentira y en una plaza de armas que sólo pertenece a la autoridad. Entre nuestros derechos no está la calle. Convivir es obedecer bajo el absolutismo de unos diputadísimos y unos ministrísimos que son herederos del caudillo.
 
Podrán decirme que han llegado al Gobierno por las urnas. Llegar por las urnas al fascismo no es algo nuevo, ni resta gravedad, sobre todo cuando se incumplen los contratos electorales de forma desvergonzada. Podrán decirme que la gente volverá a votarlos. Eso no significará que dejen de ser fascistas, sino que el fascismo se ha instalado en los procedimientos democráticos. En una realidad fundada en la mentira, con una división tajante entre la España oficial y la España real, entre los mundos virtuales y la experiencia de carne y hueso, los votos pierden su vinculación con la calle y pasan a ser una parte más del videojuego de las supersticiones. Sin patrimonio legal democrático, podrá haber votos, pero no habrá democracia.
 
Ni soberanía popular, ni instituciones representativas, ni participación. Mentira y represión policial. Buenos días, fascismo.
 
LUIS GARCÍA MONTERO - Poeta y escritor.
Publicado en Público - 21/11/13

jueves, 21 de noviembre de 2013

¿Qué Hemos Hecho para Merecer esto?

Escuchando la intervención de Mariano Rajoy ante sus cachorros de Nuevas Generaciones, me vino inmediatamente a la cabeza el título de una de las películas de Almodóvar, ¿qué he hecho yo para merecer esto? Nuestro mesiánico presidente falta a la verdad. Realmente no ha hecho otra cosa que mentir a la ciudadanía desde su ascenso al poder.
 
 
Nuestro presidente, o no se ha leído o quizás no le hayan pasado, los datos relativos a los principales indicadores económicos y sociales de nuestra querida España. Desde su llegada al poder todos ellos han empeorado de manera notoria, salvo uno que él no controla, el apetito por el riesgo de los mercados financieros. El sufrimiento que está afligiendo a los españoles en términos de pobreza absoluta y relativa no tiene parangón en nuestra historia moderna.
Por el contrario, a través de la legislación, vía mayoría absoluta, el ejecutivo actual está tratando de reactivar un régimen en descomposición, donde los privilegios, los favores y la corrupción de una élite insolvente son la moneda de intercambio diario. Las prebendas a los otrora antiguos monopolios naturales -eléctricas, petroleras y telecomunicaciones-, y las inyecciones de dinero de los contribuyentes a los causantes de la crisis, el binomio inmobiliario-bancario insolvente, son el pan nuestro de cada día.
 
Los distintos voceros mediáticos, aquellos que deberían velar por la calidad de nuestra democracia, se callan, miran a otro lado, acuciados por sus propios problemas económicos. Son una parte del Totalitarismo Invertido en que se ha transformado nuestra querida España.
 
Pero este gobierno no puede ocultar la realidad allende nuestras fronteras. Mientras Rajoy aleccionaba a aquellos que, como él, sólo aspiran a ser profesionales de la política, Bruselas le cantaba las cuarenta. España supera los umbrales máximos de 6 de los 11 indicadores que se utilizan desde Europa para detectar riesgos económicos, exactamente la misma cantidad que el año pasado. No hay, por lo tanto, ninguna mejoría respecto a 2012.
 
El panorama de nuestra querida España es desolador: insostenibilidad de la deuda, deflación por endeudamiento, destrucción de empleo, pérdida de competitividad y empobrecimiento masivo de la ciudadanía.
 
Lo más escandaloso en los dos años que lleva en el poder este desgobierno ha sido la brutal acumulación de deuda pública sin parangón en nuestra historia democrática. Se trata de un dato sometido al control estricto de Europa e imposible, por lo tanto, de ser manoseado por los adalides de la “suavización” de series temporales, en nombre de un patriotismo mal entendido. Lo de la Contabilidad Nacional es de traca, debe revisarse fuertemente a la baja desde la segunda mitad de 2011. En 2012 caímos a tasas del 2,5%, muy similar a las cifras actuales. ¡Dejen de engañarnos ya!
 
Lo último ha sido el bochornoso espectáculo del rescate bancario. Después de dar por perdidos los 36.000 millones y una vez que el gobierno y la troika celebraban el final del mismo, resulta que los hombres de negro, que analizaron en septiembre los datos de la banca, nos vuelven a enmendar la plana. Nuestro sistema bancario es tremendamente vulnerable.
 
Los dirigentes económicos y políticos patrios pensaban que el paso del tiempo produciría una reactivación económica por ciencia infusa que mejoraría el balance de los bancos. No entienden nada, no saben nada. No han comprendido que una economía con una deuda privada y pública descomunal como la nuestra solo se reactivará cuando el montante de la misma se reduzca de manera notoria.
Pero para ello es necesaria una auténtica política reformista, adelgazar la banca a costa de acreedores y gerencia. Y además hay que tener agallas, algo de lo que adolecen la inmensa mayoría de nuestros políticos, muy del gusto de las puertas giratorias. Y ahora que la ciudadanía empieza a mosquearse y a darse cuenta del timo de la estampita preparan una Ley de Seguridad para proteger sus privilegios.
 
Como escribía Arturo Pérez Reverte en un blog premonitorio de 1998, “Los Amos del Mundo”, “Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena”.
 
JUAN LABORDA - Periodista, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, profesor del IEB y la Universidad Carlos III.
Publicado en Vox Pópuli - 21/11/13

lunes, 18 de noviembre de 2013

La Justicia Española

El juez no localiza a Camps para que declare como testigo en el caso Nóos; el expresidente de la Generalitat Valenciana, de la que el Instituto Nóos recibió 3,5 millones de euros por eventos deportivos que nunca realizó, se halla en paradero desconocido. Pero que un diputado esgrima, como símbolo del desprecio y de la indignación social, un zapato frente a Rato, cuya gestión de Bankia produjo innumerables desahucios que dejaron a miles de personas sin otro paradero que la calle, es un "espectáculo lamentable y degradante para vida parlamentaria", según Cristóbal Montoro.
 
El fiscal anticorrupción Pedro Horrach rechaza imputar a Cristina de Borbón por blanqueo de capital y delito fiscal, aunque sus firmas demuestran que ella y su marido, Iñaki Urdangarin, desviaron fondos públicos desde el Instituto Nóos a la sociedad Aizoon. Pero representar el hipotético lanzamiento de un zapato a Rato, que está acusado de estafa, apropiación indebida, falsedad contable, delito societario y administración desleal, es "patético y deplorable", según Rafael Hernando.
 
La Justicia española deja impune el crimen ecológico del Prestige, el mayor delito medioambiental de la historia de España y uno de los mayores de la historia mundial, en el que estaban implicados Rajoy, Aznar, Álvarez Cascos, Fernández de Mesa, Matas, Trillo, Fraga. Pero llamar gánster a Rato, que llevó a España al rescate europeo de la banca mientras él se llevaba sueldos millonarios, es "una intervención amenazadora y con unos términos inadmisibles", según Jesús Posada.
 
La ONU ha tenido que instar a España, segundo país del mundo con más desaparecidos en fosas comunes (¡solo por detrás de Camboya!), para que cumpla con su obligación de investigar los crímenes del franquismo, algo que el Gobierno considera perteneciente al "pasado" y zanjado por una Ley de Amnistía contraria al derecho internacional y al sistema democrático. Pero que un diputado recuerde a Rato que era ministro cuando el Gobierno de Aznar apoyó la guerra de Irak, que causó 150.000 muertos, y que era presidente de Bankia cuando la estafa de las preferentes dejó sin blanca a miles de pequeños ahorradores, supone un espectáculo indignante, según Dolors Montserrat.
 
Es decir, que la élite social, política y financiera española nos ha robado, estafado, despreciado, se ha burlado de los ciudadanos, y ahora se escandaliza por un gesto que solo traslada nuestro propio escándalo, sin otra consecuencia que poner en mayor evidencia la basura en la que han convertido nuestro país, la basura que son. Hipócritas. Apelar a la educación, a los modales, al respeto, cuando lo que se está denunciando es el saqueo, la pobreza, el desmantelamiento y la muerte, es del peor gusto que sea posible imaginar.
 
Lo que es insultante es que a tantos políticos y medios de comunicación les brote este sesgo monjil si la indignación social solo se ha manifestado en gestos simbólicos como el del diputado Fernández, si aún no ha tomado la calle de verdad porque la calle es dura, si aún no se ha organizado de manera efectiva porque la participación es dura, si aún no ha expresado la peor cara de la frustración y la rabia, porque la conciencia es dura.
 
Rato merecía que le llamaran gánster y mafioso. Igual que lo merecen Camps y los otros y otras mencionados. Y se merecía Rato el zapato de la humillación. Es de justicia, aunque debiera ser de Justicia. Mientras no lo sea, la propia Justicia española solo será el zapato prevaricador que, ese sí, se lanza contra los ciudadanos, pisotea la memoria, patea a las víctimas de los crímenes. Un lustroso zapato que deja a su paso la corrompida huella de la injusticia.
 
RUTH TOLEDANO - Periodista
Publicado en "El Diario" - 17/11/13

lunes, 11 de noviembre de 2013

15 o Mas Referendums Necesarios

Xavier Sardà, de cara a la cada día más hipotética consulta catalana, desde las páginas de "El Periódico" nos propone hacer también las siguientes consultas. No hace falta que sea el mismo día, pero, hacerlas hay que hacerlas. Estoy con él, guasas aparte, tiene toda la razón del mundo.
¡Ahí van!
 
--¿Quiere usted que los bancos estén obligados a dar un número determinado de créditos cada día?
--¿Quiere usted que se prohiba a los políticos escribir libros de memorias? ¿Hace falta que nos lo recuerden?
--¿Quiere usted que los fiscales anticorrupción solo cobren cuando vean indicios de delito económico?
--¿Cuál de estos personajes tiene más importancia y poder en Catalunya? ¿Artur Mas, Oriol Junqueras o el exdirector de Método 3?
--¿Quiere usted que las drogas sean legales? (No, gratuitas. ¡Legales!).
--¿Quiere usted que las grúas municipales se reconviertan en un servicio gratuito de mudanzas?
--¿Quiere usted que cada vez que un político diga que salimos de la crisis sin que sea cierto, deje de cobrar hasta que la cosa mejore de verdad?
--¿Quiere usted que lo que se recaude con La Grossa se dedique a crear un instituto para comprender a Montoro y a Mas-Colell?
--¿Quién considera que sería mejor ministro de Educación, Jose Ignacio Wert, Rouco Varela o Duran Lleida?
--¿Quiere que las balas de goma de los Mossos se donen a la federación catalana de petanca? ¿Donamos asimismo al director del cuerpo?
--¿Quiere que cambie la edad de jubilación? Marque con una equis (45, 50, 55, 60, 65, 70 o más).
--¿Cuál de las siguientes asignaturas quiere que sea obligatoria en las escuelas: religión, fútbol, informática o chino?
--¿Quiere que la Seguridad Social pague las operaciones de cambio de «país»? Teniendo en cuenta los jóvenes que emigran...
--¿Quiere que se cambien los sueldos públicos? Ordene los sueldos de mayor a menor: policía, maestro, rey, juez, militar, diputado. (Los diputados imploran compasión)
--¿Quiere que los políticos estén obligados a llevar a sus hijos a las escuelas públicas? Naturalmente, con toda discreción, para evitar estampidas.

¡Ojalá tuviésemos fecha y hora para poder contestarlas! Al menos a la mitad de ellas.

jueves, 7 de noviembre de 2013

RTVV, Las 5 Mentiras

Cerrarlas es un gran ahorro. Falso. De entrada, los irregulares ERE de Telemadrid o Canal 9 ya han supuesto un coste extra para valencianos y madrileños. A partir de ahí, echen las cuentas. Cerrar una empresa implica un coste que casi nunca se detalla para magnificar el ahorro. En la mayoría de las partidas, no se ahorra, solo se desplaza el gasto de una administración a otra. Los trabajadores pasan a sumar en la factura del paro y la deuda pasa a Hacienda. La deuda que arrastran muchas televisiones debe satisfacerse igual, sigan abiertas o cierren. De hecho, el principal problema de esas televisiones no reside tanto en el coste de su funcionamiento como en su endeudamiento. Desde 2007, las autonómicas han reducido su coste total en más de un 40% y los costes laborales en más de un 20%. Sin embargo, los costes de amortización se han duplicado. A estas cuentas, añadan el impacto brutal que el cierre tiene sobre el sector audiovisual privado estatal y autonómico. Más gente al paro, más empresas cerradas, menos tejido industrial, menos valor añadido.

Ese dinero se necesita para sanidad o educación. Pura demagogia. Ese dinero y el que, por ejemplo, la Comunidad Valenciana ha despilfarrado en fútbol o coches. Dice el presidente Fabra que prefiere gastar los 110 millones de Canal 9 en hospitales y escuelas. Pero nada dice sobre los 81 millones de euros que va a consumir en la viabilidad del Valencia FC, o los 300 millones de euros enterrados en carreras de Fórmula 1. Es como cuando Wert recorta cincuenta millones en becas Erasmus alegando la necesidad de ahorrar pero emplea 70 millones en concertar colegios privados que segregan por sexo. Se trata de una decisión ideológica. Nunca hay dinero para lo público, sea televisión, educación o sanidad. Pero siempre sobra para lo privado, sea un colegio, un coche o un club de fútbol.

Solo pueden ser instrumentos de propaganda. Mejor, cerrarlas. Falso. Es cierto que se usan muchas veces como instrumentos de propaganda, pero eso no implica que tengan que pagar por ellos sus trabajadores y sus espectadores. Los mayores responsables de la propaganda y del endeudamiento, sus gestores y directivos, nunca pagan. Ni uno se ha visto afectado por los ERE de Telemadrid o Canal 9. Sus despidos se cierran habitualmente con indemnizaciones millonarias. La televisión pública no es necesariamente la televisión del Gobierno. No hay nada de malo en el modelo público. Puede ser de calidad y plural. Lo demostró la Televisión Española de Zapatero y lo demuestra a diario la BBC.

No son un servicio público imprescindible. Esa es una cuestión que seguramente desmentirán con facilidad muchos gallegos, catalanes, valencianos o vascos que nos informamos en esas televisiones cuando pasa algo aquí que importa poco a los medios estatales. O que careceríamos de una oferta de medios en nuestras lenguas propias si se cerrasen las televisiones públicas que ahora los emplean y difunden casi en solitario. La lengua propia es un valor cultural, pero también un bien de mercado y una inversión. En Galicia, por ejemplo, responde por casi 4 puntos del PIB.

Todos salimos ganando. Bueno, unos más que otros. Las empresas que van a hacerse a precio de saldo con los recursos que el cierre de una televisión pone en el mercado ganarán mucho más. No digamos los medios privados. La alegría de algunos editores, directores y de algunas TDT tiene una explicación muy sencilla: 245 millones de euros. Es el montante que facturaron en 2012 las televisiones autonómicas en publicidad. Durante los años buenos, superaban los 350 millones. No es por ahorrar, sino por facturar. Ese dinero que usted cree que se ahorra se lo van a gastar igual, pero ahora de manera opaca y en hacerse publicidad entres sus medios afines y amigos. Es el truco más viejo del mundo.
 
ANTON LOSADA - Publicado en "El Diario" el 6/11/13